Capítulo IX (Parte 2): La Pequeña Pantalla

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La Novela Cubana en un Televisor

La Televisión Cubana Después del Triunfo de la Revolución (Parte 2).

Otros programas que gozaban de una gran audiencia eran los humorísticos, que tuvieron su época de oro en las décadas del 60 y 70, no pudiendo dejar de mencionar algunos tan memorables como “Detrás de la fachada” y “San Nicolás del Peladero”, ambos de estilo costumbrista, donde trabajaban excelentes actores y actrices del género humorístico de esa época muy queridos por el público cubano.



Programa Humorístico Detrás de la Fachada

Programa Humorístico San Nicolás del Peladero



Mención aparte merecen las telenovelas. Si había un espacio televisivo de gran consumo en la isla ese era el de la telenovela de turno que se estuviese transmitiendo en ese momento en la pequeña pantalla, teniendo su génesis en aquella famosa radionovela que fue transmitida por primera vez en la radio cubana por el año 1948, “El derecho de nacer”, que paralizaba al país durante el tiempo que duraba su salida al aire. Con guiones tan variados, que iban desde apasionantes historias de amor hasta acuciantes temas latentes en la sociedad cubana de cada momento, las telenovelas atraían a todo tipo de público, desde los más viejos hasta los más jóvenes, y se convertían en el tema principal de tertulias comunes de los cubanos en los hogares, los centros de trabajo, las escuelas, las paradas de ómnibus, las colas de la bodega y otros lugares públicos, donde los personajes positivos eran idolatrados y los negativos intensamente odiados. Aunque sobresalieron algunas de factura foránea como, por ejemplo, “La esclava Isaura” y “Una mujer llamada Malú”, las telenovelas producidas en el país eran las de mayor preferencia, de hecho, no pudiéramos pasar por alto algunas tan impactantes como: “Doña Bárbara”, “Rosas a crédito”, “Sol de batey”, “Pasión y prejuicio” y “Tierra brava”.




Telenovela La Esclava Isaura

Telenovela Sol de Batey



Otra cuestión no menos importante de esta historia de la que no podemos dejar de hablar, son los receptores o aparatos de televisión. Todos estos programas de los que he hecho mención anteriormente solo se podían ver en blanco y negro en televisores que databan de varios años antes de 1959, porque – increíblemente - después de este año en Cuba no se volvieron a vender televisores en un largo periodo de tiempo. En ninguna de las tiendas del país se vendieron estos equipos en muchos años y los primeros que entraron a la isla, todos de procedencia soviética, se “entregaban” de forma selectiva en disputadas reuniones realizadas con los trabajadores en los centros laborales, hasta que a finales de la década de 1970 se comenzaron a vender en algunos centros comerciales, fundamentalmente de la capital, a precios muy elevados e inaccesibles para muchos, si consideramos el salario promedio que existía en el país en ese momento que era de algo más de 120 pesos al mes y no se permitían las ventas a plazo o a crédito. Dos de las marcas soviéticas de televisores más populares que se comercializaban en esa época eran el Rubín 305 y el Krim 218 que eran todavía de válvulas, hasta que a principio de los 80 llegó el primer televisor transistorizado, el Electrón 316, que después se comenzó a fabricar en el país con el nombre de Caribe 416.



Televisor Ruso en Blanco y Negro

Televisor Cubano Caribe en Blanco y Negro



Recuerdo que en mi casa sufríamos todos cuando se averiaba nuestro tan anhelado televisor y había que conseguir algún que otro bombillo para poder repararlo, lo que demoraba a veces semanas y por supuesto, se hacía a través del mercado informal, ya que en las tiendas no se vendían ninguna de estas piezas.




Válvulas de Televisor en Blanco y Negro



Al triunfar la revolución y ser “nacionalizadas” las principales cadenas de televisión que existían en la isla, todos sus activos pasaron a propiedad estatal y estos no eran para nada despreciables ya que contaban con una tecnología bastante avanzada para esa época, a partir de las cuantiosas inversiones que habían hecho sus propietarios a través de los años, comparable con la de los mejores estudios de los Estados Unidos. Contaban con modernas cámaras, estudios climatizados muy confortables y bien equipados con excelentes sistemas de audio y luces, un parque de equipos de transporte para la filmación en exteriores y sobre todo con excelentes actores y un personal técnico muy capacitado, por lo que todos los programas que se hacían eran de mucha calidad. Pero con el transcurso de los años, esta tecnología quedó estancada y ya para finales de los 70, estaba muy por debajo de otros países de América. Con los recursos humanos ocurrió algo similar, muchos actores, actrices, directores y técnicos emigraron a otros países, al no tener un incentivo económico adecuado o estar en desacuerdo con la ideología y los métodos del gobierno. También los programas contaban con un pobre presupuesto para su desarrollo y estaban expuestos a una profunda censura por lo que su otrora magnifica calidad comenzó a decaer, aunque es justo decir que hubo sus excepciones y a pesar de las dificultades, se transmitieron algunos muy buenos. Con los equipos receptores de televisión en los hogares ocurrió otro tanto; mientras “aguantaron” los añejos televisores norteamericanos en blanco y negro que ya poseía la población al triunfar la revolución, pudimos disfrutar con muchas dificultades por algo más de dos décadas, debido fundamentalmente a la carencia de piezas de repuesto y a la falta de reposición de los equipos, de los programas que se transmitían por los dos únicos canales con que contó el país por muchos años, hasta la llegada de los famosos equipos soviéticos que todos conocemos.


La programación de la televisión, por supuesto, también sufrió profundos cambios. Debido a la arraigada influencia soviética y de otros países del campo socialista que había en el país propiciada por el gobierno y la “satanización” de todo lo que fuera de factura norteamericana, se modificó también sustancialmente la procedencia y el contenido de muchos programas habituales transmitidos por la pequeña pantalla, donde se proyectaban filmes, dibujos animados, documentales, musicales y otros, siendo la más afectada,  a mi entender, la programación infantil, llegando para quedarse personajes tan célebres y tristemente recordados como el payaso Ferdinando, el tío Stiopa y Lolek y Bolek, entre otros.




Programa Televisivo El Payaso Ferdinando

Programa Televisivo El Tío Stiopa

Dibujo Animado Lolek y Bolek



Nada, que para muchos de los cubanos más jóvenes y otros no tan jóvenes, muchos de estos hechos verídicos y anécdotas reales acerca de la pequeña pantalla son totalmente desconocidos y sorprendentes ya que quedaron omitidos y fuera de las publicaciones, menciones y memorias gubernamentales oficiales, por lo que bien vale la pena recordarlos para que no queden en el olvido.


Parte anterior: Parte 1


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2 comentarios

  1. Este capítulo es un súper recuerdo, refiriéndose a las telenovelas….recuerdo que teníamos un televisor Caribe y en ocaciones mi padre tenía que darle un golpe con la mano y seguía andando, ya que no había la posibilidad de adquirir otro al menos que fueras vanguardia en tu centro de trabajo, que época!!!!!!!!!!. Muchas gracias, lindo recordar.

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  2. Muyyyy bueno primo ,una vez más

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