Capítulo LIII: Y2K: El Error del Milenio

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Computadora clásica con el letrero “Efecto 2000” que marcó uno de los mayores problemas de la era digital.

 


Desde mediados de la década de los 80 me había vinculado de una manera muy especial al mundo de la computación, y este se convirtió desde el primer momento en una verdadera pasión para mí. Aunque puedo afirmar que mi formación académica, mi especialidad profesional y los puestos de trabajo que desempeñé estaban bastante distantes de este tema, adquirí ciertas habilidades de forma autodidacta y lo realizaba solo como algo adicional que enriquecía mis conocimientos y mi labor.


Recuerdo que cuando comencé a trabajar en el Ministerio de la Construcción (MICONS) me enfrenté por primera vez a una computadora personal japonesa marca NEC, que tenía como características principales una memoria interna (RAM) de 128 KB, un disco duro (HDD) de 10 MB, dos disqueteras internas de 5 pulgadas y un monitor de 13 pulgadas con resolución de 640 x 400 y 8 colores. Esta configuración, en esa época, era muy avanzada y muy pocos en el país tenían acceso a ella. Modestia aparte, con aquella computadora hice maravillas, dadas sus escasas posibilidades, y hasta desarrollé programas computarizados que fueron muy bien aceptados en mi trabajo, llegando incluso a ganar premios en concursos nacionales.



Computadora personal NEC utilizada en Cuba en los años 80, parte de la historia previa al Y2K.


A finales de la década del 90, la computación había tenido ya un modesto desarrollo a nivel mundial y se había difundido prácticamente a todas las esferas de la sociedad. Aunque Cuba se encontraba bajo la influencia de la cortina de hierro del régimen socialista, no era una excepción a la regla. Por ello, tampoco estuvo ajena a enfrentar uno de los problemas más graves de la historia de la informática hasta la fecha, el cual desencadenó una histeria mundial que solo vivieron de forma consciente los nacidos antes de esa década. Era el fin del siglo y del milenio: el mundo pasaba, a las 12 de la noche del 31 de diciembre de 1999, al año 2000, y con ello se vaticinaba que ocurriría en el mundo de la computación el denominado “Error del Milenio” o efecto Y2K.



Titular de Periódico con el Anuncio del Y2K.


El numerónimo Y2K, también conocido como “Efecto 2000”, “Error del Milenio” o “Problema informático del año 2000”, proviene del inglés y significa: Year (año), 2 es el número dos, y K es la abreviatura de kilo (1000). Identificaba el error de software o bug que se provocaría a nivel mundial en el año 2000 porque la mayor parte de los programadores había omitido, en las fechas de los sistemas, las dos primeras cifras del siglo XX (19), identificándolas únicamente con los dos últimos dígitos.


El problema radicaba en que los programas cargados en los equipos fijarían el año 00 al cambiar de milenio y, al llegar al año 2000, asumirían nuevamente el 1900 en lugar del 2000.


El asunto se remonta a la década de los 60, con la creación de los primeros códigos complejos que se convirtieron en programas de computación. En aquel entonces, los ingenieros emplearon códigos de dos dígitos para los años (ejemplo: “99” en lugar de “1999”). El problema surgía al llegar al 2000, pues esos sistemas reconocían el doble cero como 1900.


Aunque parezca una tontería, este error podía provocar fallos sistémicos en equipos de control primario o servidores de centrales eléctricas y telefónicas, transporte, sistemas bancarios y financieros, la bolsa de valores, hospitales, hoteles, cajeros automáticos, el control de procesos industriales, servicios de emergencias y muchos otros que dependían de sistemas informáticos. En resumen, se temía un colapso de enormes proporciones, comparable con los ambientes apocalípticos recreados en películas que vaticinaban el fin del mundo.



Efecto Y2K.



Aunque la informática había avanzado, a finales de los 90 aún existían muchas limitaciones: equipos poco potentes, almacenamiento de datos muy restringido, escasa memoria RAM, entre otros. Los programadores tenían que lidiar con esas limitaciones –de lo cual yo soy testigo– y decidieron guardar las fechas utilizando solo dos dígitos para los años. El argumento de esta práctica generalizada –que yo también utilicé– era ahorrar espacio de almacenamiento en los soportes limitados (discos duros, disquetes, etc.) y en la memoria RAM de las máquinas.


La informática arrastraba este problema desde la década del 60, ya que la producción de discos duros y memorias RAM era bastante costosa. Por eso, a partir de los años 70, la mayoría del software que se desarrollaba y utilizaba a nivel mundial empleaba el formato de fechas “00/00/00”.


Este error tuvo sus mayores repercusiones en los países con mayor desarrollo informático, como Estados Unidos, Japón, España, Reino Unido y Alemania, que tuvieron que invertir cifras millonarias para solucionarlo.


Algunos ejemplos que puedo mencionar:


  • En Japón, la operadora de comunicaciones NTT DoCoMo sufrió afectaciones en el servicio de muchos teléfonos móviles al eliminar mensajes nuevos por falta de capacidad de memoria. Además, una alarma real sonó en su planta de energía atómica en Onagawa debido a un descontrol en su sistema informático.

  • En España, el Y2K afectó a dos centrales nucleares (Garoña y Zorita); muchos parquímetros fallaban y no emitían los tickets correspondientes, y hubo innumerables problemas logísticos en páginas web.

  • En el Reino Unido y Alemania, uno de los problemas más graves fue en el sistema bancario: el Y2K bloqueó muchas transacciones de tarjetas de crédito, y en Alemania dejaron de funcionar 30 millones de ellas.


En Cuba, como era de esperar, no hubo efectos significativos asociados al Y2K debido al escaso desarrollo tecnológico alcanzado hasta esa fecha. Sin embargo, se llevaron a cabo algunos esfuerzos de preparación y corrección en sistemas clave de la economía, como aduanas y comunicaciones, similares a las acciones que se tomaron a nivel mundial. Se actualizaron equipos de cómputo y se dio mantenimiento a los sistemas de comunicación entre agencias aduanales para evitar problemas en el despacho portuario.


En otras empresas del país, al igual que en el resto del mundo, se trabajó en identificar y corregir errores en los sistemas informáticos, pasando de formatos de dos dígitos a cuatro para los años. De esto puedo dar testimonio: en la entidad de aseguramiento a la construcción donde trabajaba, se revisaron y corrigieron las aplicaciones informáticas que se usaban para distribuir los suministros materiales.


Resumiendo, a pesar de los problemas descritos, el sábado 1 de enero del año 2000 los daños no resultaron tan significativos como se esperaba. Esto se debió a los esfuerzos y grandes inversiones que realizaron gobiernos y empresas en los años previos como medida de prevención. Las compañías tecnológicas de software y hardware reunieron equipos de informáticos que revisaron y corrigieron millones de códigos para neutralizar el fatídico “Error del Milenio”.


A nivel mundial, se invirtieron alrededor de 214.000 millones de euros para evitar el “Efecto 2000”.


Gracias a la rápida intervención de todos, el Y2K fue una grave amenaza global que pudo ser controlada, y que al final no trajo los problemas anunciados, aunque pudo haber desencadenado una crisis mundial irremediable. Sirvió, eso sí, de experiencia para las nuevas generaciones.


En lugar de un desastroso colapso, este evento demostró la enorme importancia de la colaboración global en la resolución de un problema común, y marcó para siempre el inicio de la historia de la era digital.


El Y2K no solo fue un error evitado, sino una advertencia eterna sobre los riesgos de la tecnología. ¿Estamos preparados para el próximo gran reto digital?




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