Capítulo L: Cuba y sus Consignas

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Cuba y sus Consignas Políticas: Una Historia no Contada de Manipulación.



Durante décadas de Revolución, el régimen cubano ha empleado sus consignas políticas cómo un medio de trasmitir su ideología a través del despliegue de una descomunal propaganda dentro y fuera del país.





Partagás: “El cigarro que gusta más.”

Ron Matusalén: “Hoy alegre, mañana bien.”

Ron Jiquí: “Si preguntan por mí, salí a tomar Ron Jiquí.”

Jabón Rina: “Apriételo sin piedad, que Rina es duro, duro de verdad.”

“Rina, dura muchísimo, porque Rina es duro, ¡durísimo!”

Jabón Candado: “Ropa más blanca y reluciente… Con Candado Amarillo solamente.”

Leche condensada La Lechera: “Haga frío o calor, la leche condensada La Lechera es siempre la mejor.”


Vista de La Habana Antes de 1959.


Este brusco cambio, que parecía tan adecuado al principio dados los acontecimientos, llegó para quedarse y se convirtió en una línea fundamental de la ideología socialista que quería imponer —e impuso— el líder de la Revolución. Fue también una poderosa arma estratégica para combatir a sus enemigos y detractores en todas partes del mundo.No había una sola ocasión que no aprovechara el astuto dirigente revolucionario para enunciar un nuevo lema, una nueva consigna o un nuevo eslogan. De ahí surgieron las famosas frases:

¡Patria o Muerte, Venceremos!

Cuba Sí, Yankis No.

¡Reforma Agraria, Ya!

¡El que no salta es yanqui!

¡Pin pon fuera, abajo la gusanera!

¡De que van, van!

¡31 y Pa’lante!

¡Regresen a Elián!

¡Volverán!


Rebeldes Entrando a La Habana en 1959.


Esas y otras tantas consignas, que pronunciaba en sus extensos y acalorados discursos el jefe de la Revolución, aprovechando el momento en que el pueblo estaba más enardecido y jubiloso, hacían que, de una forma muy sutil, las personas después las repitieran una y otra vez, casi sin darse cuenta, en cualquier otro lugar y ocasión. ¡Una verdadera joya de manipulación propagandística!


Plaza de la Revolución Cubana.


A través de los años de Revolución, esto pasó a ser una práctica cotidiana en las comunidades, en los organismos estatales de dirección, en los centros de trabajo, en las escuelas. En resumen, abarcó como un gran pulpo a todas las esferas de la sociedad en su conjunto, hasta el punto de que no había en Cuba una escuela, una fábrica, un Ministerio, etc., que no contara con su lema o eslogan propio. Además, se asumían también los que provenían de la maquinaria política del régimen que, parodiando el dicho popular, “los producía como chorizos.”

Pero en realidad, no eran chorizos ni ningún bien de consumo concreto que la población podía disfrutar, aunque, claro, era más fácil producir aquellos eslóganes que producir comida para el pueblo. De esta forma se pretendía tener ensimismada a la población y engañar al resto del mundo.

Para concebir y llevar a la práctica esta propaganda evidentemente política a favor del régimen —que abarcaba todos los medios de difusión masiva—, el Partido Comunista de Cuba (PCC) tenía un órgano oficial que ideaba, concebía, censuraba, aprobaba y ejecutaba todo lo que circulaba y se difundía en el país. En los actos públicos masivos que se hacían en diferentes fechas históricas, este órgano preparaba la propaganda de turno y la orientaba directivamente a todos los núcleos del PCC individuales de cada centro, para que la corearan sus miembros en una acción que aparentemente era espontánea, pero que realmente estaba muy bien pensada y dirigida por la máxima organización política.

¡Todo estaba pensado!

No creo que exista un país en el mundo que haya concebido tan perfecta maquinaria de manipulación ni represión de las libertades individuales de expresión de sus ciudadanos.

Esta es otra de las historias no contadas sobre la manipulación ideológica desplegada por el régimen hacia el pueblo cubano mediante un sutil lenguaje audiovisual.


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