Capítulo IX (Parte 1): La Pequeña Pantalla

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Estudios de Televisión CMQ en La Habana


La Televisión Cubana Después del Triunfo de la Revolución (Parte 1).


Cuba fue el primer país de Latinoamérica en introducir la televisión a partir de su inauguración oficial el 24 de octubre de 1950 y para finales de 1958 contaba con 25 transmisores de televisión con una potencia de 150,5 kw que llevaban a todo el país una variada programación, interrumpida a veces por propagandas de patrocinadores comerciales.



Cartelera de la Televisión Cubana


Después de su “nacionalización” en enero de 1959, se eliminaron totalmente de la pequeña pantalla los comerciales, sustituyéndose estos por una abundante propaganda de contenido político entre programa y programa, acorde a la ideología del gobierno y caracterizada por destacar de manera favorable cualquier aspecto de la sociedad cubana y ser en exceso triunfalista. Para citar solo un ejemplo memorable, quién no recuerda a la famosa vaca Ubre Blanca, dada a conocer por su “prodigiosa” producción de leche, que fue protagonista de la televisión cubana y del resto de los medios de información masiva durante meses.



Vaca Ubre Blanca


Las transmisiones de televisión se restringieron a solo dos canales, CMQ TV canal 6 y CMBF TV canal 4, con una programación que comenzaba en el canal 6 a la una de la tarde, donde se transmitía un noticiero con una duración de media hora, después se interrumpía la programación durante toda la tarde colocándose en la pantalla un patrón de prueba hasta las 5 y media, continuando con los “Muñequitos”, hasta finalizar a las 10 y media de la noche con la novela del espacio “Horizontes”. El canal 4 comenzaba con un programa muy gustado, principalmente por las amas de casa, llamado “Cine del Hogar” que comenzaba a las 3 de la tarde, donde repetían una y otra vez películas melodramáticas argentinas y mexicanas antiguas, protagonizadas por artistas tan famosos como Hugo del Carril, Carlos Gardel, Libertad Lamarque, Pedro Infante, Jorge Negrete y otros. Muy a menudo también se ponían en cadena ambos canales para transmitir las muy frecuentes e interminables apariciones y comparecencias del máximo líder de la revolución; no tengo que decir, que durante todo ese tiempo se interrumpía totalmente la programación habitual de los dos únicos canales.



Para mi inmensa alegría, mis tíos compraron un televisor norteamericano de uso, en blanco y negro, de 17 pulgadas, marca Motorola y – ¡por fin!- ya podía disfrutar de mis gustados dibujos animados, películas, programas humorísticos y de las inolvidables series de “Aventuras” en la comodidad de mi propio hogar, junto a toda la familia.



Televisor en Blanco y Negro Motorola


No puedo dejar de referirme entonces a las muy gustadas series de “Aventuras” que se transmitían por la pequeña pantalla de lunes a viernes, de 7 y media a 8 de la noche, por el canal 6. Este destacado programa dramatizado salió al aire por primera vez en el año 1962 y continuó casi ininterrumpidamente, con una gran audiencia, hasta finales de la primera década del 2000 en ese mismo horario estelar de la televisión cubana. Recuerdo que las primeras series tenían una presentación inicial única donde, acompañada de un fondo musical muy pegajoso, se escuchaba una voz en off diciendo, “… en la inmensidad del mar, en lo infinito de los cielos, el hombre se enfrenta a su destino y surgen las Aventuras…”.



La primera serie que se transmitió fue “Veinte mil leguas de viaje submarino”, inspirada en la famosa obra de Julio Verne, y resultó todo un éxito. Después le siguieron otras tan memorables como “Robin Hood”, “La isla del tesoro”, “El Corsario Negro”, “El Zorro”, “Sandokán”, “Los Vikingos”, “Guillermo Tell”, “Los Bucaneros” y muchas más,  donde se llevaban a escena adaptaciones de las obras originales de los más famosos escritores del género de aventuras de todos los tiempos; tenían excelentes actuaciones y una magnifica factura. Sin embargo, debo señalar que, a partir de los años 70, empezaron a transmitirse algunas series con guiones cubanos, intercaladas con las obras clásicas del género que, aunque mantuvieron el interés de la audiencia, comenzaron a introducir mensajes de marcado contenido ideológico y político, como fueron “Los Mambises”, “Los Papaloteros”, “Los comandos del silencio”, “Orden de ataque”, “Los pequeños fugitivos” y otras, rompiendo con el esquema inicial concebido para el programa.



Serie de Aventuras Robin Hood de la Televisión Cubana

Serie de Aventuras El Zorro de la Televisión Cubana

Serie de Aventuras Los Vikingos de la Televisión Cubana


Es de destacar que estas series se transmitían en vivo, con escenografías interiores muy simples, acordes a los medios con que se contaba en ese momento, muy distantes de la era digital y las escenas en exteriores eran escasas y con pocos recursos, debido a que no contaban con un gran presupuesto y sin embargo, eran dirigidas y producidas con tan buenos oficios, el vestuario y la ambientación eran tan aceptados y las actuaciones eran tan notables, que superaban ampliamente cualquier pequeño desperfecto técnico que pudieran tener, manteniendo la atención diaria de una gran parte de los hogares cubanos a esa hora de la noche.

Continuación: Parte 2

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